Este último envío de Molto nos llegó en una caja con la que los peques se hicieron un palacio con piscina y todo :lol:.

Pero de las bondades de las cajas de cartón como juguetes igual hablamos otro día.

Hoy quiero hablaros del último juguete Molto que hemos tenido el placer de probar: la Molto Cross Advanced.

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En primer lugar, darle las gracias a Molto por este juguete. Ir andando a la tienda con los niños a veces es una lucha de «estoy cansado», «no quiero ir», «llévame en brazos»… que ahora con el embarazo llevo bastante mal, la verdad.

Marcos tiene una bicicleta de pedales y Lucas una sin pedales, y como no son iguales, no quieren correr juntos con ellas. No me preguntéis por qué, yo tampoco lo entiendo.

Entonces, cuando llegó esta moto, tamaño grandísimo, que Lucas maneja con las puntitas de los pies pero Marcos maneja con bastante comodidad, enseguida pidieron hacer «carreras» con sus motos.

Ahora, cuando tengo prisa por ir a la tienda, les digo que se las lleven y casi tengo que correr :lol:.

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Marcos llega al suelo

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Así, pues, lo dicho, lo primero gracias a Molto porque han hecho mis trayectos mucho más eficaces y fáciles.

La moto en sí ha sido un éxito. Les vale a los dos aunque a Lucas le va un pelín grande todavía y, como él tiene la otra, la usa más Marcos. Están encantados. Además, es roja, un color «top» por aquí.

El rojo es, en mi opinión, un color genial cuando vas con niños por la calle o campo. Te facilita identificar al peque de un vistazo, por eso intento que lleven al menos una prenda de ropa de ese color (o de otro bien llamativo).

Pues lo mismo con la moto. De un vistazo sé dónde está. Si la hemos llevado a la tienda y en un momento dado les veo tranquilamente en los columpios, no me supone mucho esfuerzo encontrar la moto de una ojeada y sin salir de la tienda.

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Carreras con la molto

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Además, con esas ruedas gordotas consigue, por un lado, que Marcos no alcance velocidades punta imposibles de seguir por Lucas (y por mí, que voy a pie).

Por otro lado, estas ruedas seguro que permiten un uso cómodo de la moto en terreno más agreste, así que estamos deseando llevárnosla un día al campo, a ver si surge la ocasión.

De momento, la hemos usado en ciudad, y ¡¡está dando un resultado excelente!!

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Marcos acelerando

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Y como te decía en el título, la Molto nos ha permitido reafirmar las lecciones sobre circulación. Me costó convencerles de que, por mucho que corran sus motos, han de ir por la acera. Bueno, y por el carril bici donde lo hay.

Como veis en las fotos, el tema casco lo lleva mucho mejor Lucas que Marcos, que siempre se lo pone cuando salen «de bicis» Carlos y él pero que insiste en que lo que hacemos nosotros es pasear muy lento. Seguimos trabajando en ello.

Desde luego, lo que está totalmente integrado es que hay que pararse antes de cruzar, que debemos hacerlo por un paso de peatones o, en su ausencia, por la esquina.

Buscan el semáforo y esperan a que esté verde para cruzar. Se aseguran de que no hay coches cerca (y, de nuevo, me alegro de que la moto sea roja porque les hace ser más visible por si llega alguno muy rápido que no han visto).

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Cruzar paso peatones

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El hecho de «ir en moto» es como tener más responsabilidad sobre su propia seguridad. O al menos, esa es la sensación que me ha dado a mí. Cuando vamos andando, a veces les tengo que recordar que miren y que se aseguren de que los coches les han visto y se paran. Cuando van motorizados, no. Más misterios sin resolver ;-).

Y esta es nuestra experiencia, de momento, con esta estupenda moto. Es verdad que ocupa un montón, pero también que como les gusta tanto no he tenido que cargarla de vuelta a casa nunca, si no la lleva uno el otro se sube.

Ahora que llega la época de lluvia y nuestras opciones al aire libre se van limitando, poder echar carreras espero que sea una buena alternativa (en el parque que hay enfrente de la tienda hay un circuito para ello, y alrededor de nuestra casa bastante carril bici).

Muchas gracias, Molto, por confiar en nosotros para este «duro» trabajo de tester. Ha sido un placer.

También ha sido un gran aprendizaje. Aunque el hecho de que primero reciben el pago y luego hacen el trabajo puede que no sea la norma en el mundo real, han aprendido que cuando se aceptan compromisos hay que cumplirlos, y eso es, sin duda, un gran aprendizaje (que ya quisieran muchos adultos tener interiorizado).

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Nos vamos!

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¡¡Hasta la próxima!!

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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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