En un artículo reciente, os contabamos un poco de biología de los seres humanos: porqué debemos portar a nuestros hijos. Pero más allá de si nuestra evolución o características como especie nos empuja a portar a los bebés, hay una serie de ventajas reales y objetivas, palpables en nuestro día a día. Tanto para el bebé portado, como para sus padres y cuidadores. Ahí van algunas de ellas.

Ventajas para el bebé

"Al alcance de tus besos"

"Al alcance de tus besos"

Sensación de seguridad, la protección que siente el bebé por la cercanía del portador se traduce en menos llanto y un mejor desarrollo. El bebé consigue una sensación similar a cuando estaba en el útero: abrazado por todos lados, con el calor, el olor y los sonidos de mamá (o portador), en movimiento constante… por eso se reducen sus niveles de estrés, están más tranquilos y se sienten más seguros.

• Por tanto, los bebés lloran menos y están menos nerviosos. Según la revista PEDIATRICS, una reducción del 41% durante el día y el 51% por la noche. Realmente, la diferencia está en lo que tardamos en calmar el llanto. En brazos, los bebés se calman antes. Incluso, podemos evitar que comience el llanto ya que al llevarles encima somos capaces de identificar sus señales, y actuar en consecuencia, antes de que llegue el llanto.

• Al estar más tiempo tranquilos, les resulta más fácil conciliar el sueño (fundamental para su desarrollo). Su sueño es además de mayor calidad y de mayor duración.

Bienestar y confort. Ayuda a regular su temperatura, tanto si requiere más calor como si requiere rebajar su temperatura corporal. La correcta temperatura ayuda al metabolismo del bebé, ayudando al funcionamiento de todos sus sistemas: sus ritmos circulatorio, respiratorio, etc. son más armónicos. Sin olvidar que estar a una temperatura adecuada, sin frío ni calor, es muy agradable.

Con papi desde el principio

Con papi desde el principio

• En esta misma línea, los bebés portados tienen menos cólicos, menos vómitos (regurgitaciones) y menos reflujo. Los sistemas digestivo y excretor se encuentran más cerca de «la superficie» en el vientre. Cuando les portamos correctamente, su barriga en contacto con nuestro cuerpo, el masaje de contacto, el calor corporal y la postura erguida ayudan al funcionamiento del sistema digestivo aún inmaduro del bebé, además de favorecer la expulsión de gases gracias también a la postura “ranita”.

• Llevar al bebé en la postura adecuada (espalda en C y piernas en M), facilita su idóneo desarrollo psicomotor, al ayudar a la correcta evolución de su espalda y caderas. Por otro lado, como no están tanto tiempo con la cabeza apoyada sobre algo rígido, previene la plagiocefalia y otras deformidades del cráneo del bebé.

Integrados en la vida diaria, en portabebés el niño está en contacto directo con el ambiente familiar desde una posición segura, por lo que va conociendo la rutina diaria en la que posteriormente estará inmerso. Cuando el adulto portador interactúa con otras personas, el bebé está presente igualmente, incrementando sus posibilidades de socialización y mostrándole las reglas que rigen las relaciones personales en nuestra sociedad.

Unas risas a la espalda

Unas risas a la espalda

Estimulación temprana, el contacto físico y el balanceo al que están acostumbrados desde la misma concepción les ayuda a descubrir el mundo que les rodea, eligiendo qué estímulo atender y durante cuánto tiempo, lo que mejora su aprendizaje. Además, este constante movimiento incrementa el desarrollo de conexiones neuronales, el cerebro del bebé se ha estado formando durante nueve meses en movimiento, y está demostrado que en movimiento aprendemos más y mejor.

Por otro lado, esta deambulación constante contribuye a un mejor desarrollo del sistema vestibular del bebé, responsable del equilibrio y de que, por ejemplo, podamos mantener la vista fija en un sitio mientras nos desplazamos.

Mejor cuidado. Ningún llanto o queja pasa desapercibido y permite a los cuidadores reaccionar enseguida a las necesidades del bebé. Podemos ir incluso más allá, al estar tan en contacto con nuestro bebé, aprendemos a identificar e interpretar sus señales, pudiendo reaccionar ante ellas más rápidamente.

Feliz

Feliz

• Contrariamente a lo que podamos creer (o nos hayan podido decir) los bebés cuyas necesidades se atienden prontamente acostumbran a convertirse en niños, primero y adultos después, más independientes y seguros, y con mayor autoestima. Esto es debido a que, ya que han sido atendidos convenientemente, se instala en su subsconciente una sensación de sentirse siempre queridos y cuidados, lo que es base para una autoestima bien desarrollada.

• los bebés que no gastan energía en llorar demandando lo que necesitan, pueden emplear esa energía en cosas más útiles, como crecer o aprender.

• El bebé aprende a diferenciar lo que es una situación amenazante o de peligro de lo que no lo es. Algo que un bebé solito en su cuna podría percibir como una amenaza; si es portado y el adulto no está nervioso, el bebé interpreta que no hay motivo de alarma, por lo que se tranquiliza. Además, al no estar solo, la posibilidad de sufrir un accidente disminuye drásticamente.

Ventajas para los padres y/o cuidadores

Senderismo y siesta

Senderismo y siesta

Para los padres (cuidadores-portadores) las ventajas no son pocas, además, no existe un tiempo limitado diario, si ambos están a gusto se puede usar un ratito o todo el día:

• Favorece una estrecha relación, entre el bebé y el portador se fortalecen los vínculos afectivos (o se restablecen tras una ruptura). Los dos primeros años de vida son fundamentales en el desarrollo afectivo (y por tanto mental y consecuentemente físico) y su relación con sus padres y cuidadores es la base para el resto de su vida. El hecho de que identifiquemos y reaccionemos ante sus señales, atendiéndole con prontitud, desarrolla en el bebé una sensación de confianza ante su cuidador; igualmente, el portador conoce al bebé mucho mejor, llegando a anticiparse a sus necesidades.

Integración del papá (o cuidadores secundarios), en el binomio mamá-bebé puede resultar difícil que el papá encuentre su lugar. El porteo ayuda a que el papá atienda mejor al bebé, así como que el bebé reconozca a su padre. El padre siente que es una figura importante para su hijo desde los primeros días de vida.

Mamando en pouch

Mamando en pouch

• La lactancia se ve enormemente favorecida, así como el instinto maternal. Tanto la una como el otro se basan en una serie de hormonas (prolactina y oxitocina entre otras) que dependen directamente del contacto (y de otros elementos, olor, mirada, etc.). Un correcto nivel de estas hormonas ayudan en el establecimiento de la lactancia, así como en incrementar la sensación de seguridad de la madre, lo que facilita la Crianza. Por esto mismo, previene los procesos de depresión post-parto.

Aumento de autoestima. Como favorece el conocer al bebé y la identificación temprana de señales que benefician el cubrir sus necesidades, ayuda a subir la autoestima de los cuidadores gracias a estas experiencias positivas y satisfactorias.

De boda

De boda

Autonomía, el bebé no paraliza la vida de la madre (o cuidador principal), sino que se integra en ella. Podemos salir a dar un paseo con el bebé al pecho, disecretamente, por ejemplo. O bajar a tomar un café con el bebé dormido. Ya no te dará pereza bajar a por el pan con tal de no montar el carro…

• Es más cómodo para los adultos atender las tareas habituales, tanto fuera como dentro del hogar, ya que tenemos las manos libres. Podemos, por ejemplo, atender a nuestro hijo mayor (o hijos mayores) sin dejar de atender al bebé, lo que, además de rebajar nuestro nivel de estrés, minimiza los celos. Un portabebé nos permite calmar a un bebé que llora sin dejar de lado nuestras otras obligaciones, lo que al final del día se traduce en más «tiempo libre».

Barreras arquitectónicas

Barreras arquitectónicas

Movilidad, tanto en medio rural como en el urbano, allí donde el carrito no puede llegar (o no le dejan llegar), los cuidadores se desplazan con facilidad y seguridad gracias al portabebé.

Cuidar la espalda. Un portabebé es mucho más cómodo y respeta mejor nuestra espalda que llevar al bebé en brazos “sin ayuda”. El portabebé reparte el peso entre nuestra espalda, cintura y/o caderas (depende del portabebé y la manera de llevarlo) mientras que llevarles «a brazo» nos sobrecarga. Por otro lado, una postura correcta del portabebé repercute en una higiene postural correcta que, al ir aumentando gradualmente el peso del bebé, puede ayudar a un desarrollo armonioso de la musculatura de la espalda, una especie de ejercicios de rehabilitación o gimnasio.

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Estas mamis lo expresan, y lo demuestran, que da gusto!!:


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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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