La participación de hoy en el #Postinvitados es muy especial.

Una carta de una madre a su hijo, una historia personal, sin recomendaciones ni nudos. Solo una vivencia. Toda una vivencia.

Gracias a Elisa, de la 3 promoción de Asesoras Continuum, por compartirlo con nosotros.

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Te veo salir del cole charlando con tus amigos… sonríes… estás feliz… yo soy feliz. Ni siquiera me saludas. Últimamente no paro de repetirte que debes saludarnos a tus hermanos y a mí a la salida del cole… pero tú solo quieres seguir bromeando con tus amigos.

No pasa nada… yo te lo digo para inculcarte “buenos modales” pero dentro de mí sonrío. Atrás queda ese fatídico año en que volvimos a nuestra tierra, en que volviste a tu antiguo colegio y en la que tus compañeros te hacían la vida imposible. ¿Cómo es posible? Antes todo iba bien.

El centro no se hacía responsable de lo que ocurría, la culpa la teníamos nosotros porque no sabíamos llevar a un niño con altas capacidades. Tu padre, maestro, no da crédito a la mala gestión del centro.

Yo imploro a la orientadora, a la maestra, señoras… yo no quiero un hijo bien estimulado… yo quiero un hijo feliz. No quiero cambios de nivel ni clases de refuerzo.

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En el colegio

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Quiero un hijo con la autoestima por las nubes, quiero que mi hijo no tenga miedo de venir al cole, quiero que cuando hable en clase los compañeros no se rían de sus comentarios y si lo hacen, al menos, no los ignore porque según usted eso es darle importancia al asunto y claro… no la tiene.

¡¡Genial!! Así la próxima vez que hable todos sabrán que reírse de “Fulanito” no tiene consecuencias porque contamos con el beneplácito de la maestra.

Señora también me gustaría que cuando usted salga por la puerta y los deje solos para ir a la baño o hacer lo que le plazca algunos compañeros no rodeen su mesa para insultarlo y ridiculizarlo ante los demás. Quiero que cuando venga hablar de mi hijo, usted no me hable de lo brillantes que son sus otros tres chicos “listos” de clase… y encima haga de menos al mío o dude sobre si es acertado o no el diagnóstico de la psicóloga del centro anterior.

Cierto es que no me importa tanto su expediente académico como su bienestar emocional pero no compare a mi hijo con otros y ni mucho menos… ni por un instante me diga que mi hijo es incapaz de relacionarse con los demás niños o que necesita ayuda psicológica porque es incapaz de establecer relaciones de amistad duraderas.

Si a caso la necesita en un futuro será como consecuencia de esta situación que no hace más que alargarse en el tiempo.

Por favor…mi hijo antes de entrar aquí era un niño feliz, altanero, divertido, siempre bromeando e inventando locuras y ahora se marchita, se come las uñas, llora muy a menudo, está malhumorado, está sufriendo… SUFRIENDO… no sabe lo duro que es para una madre no poder evitar el sufrimiento de un hijo, no lo sabe porque es monja y no los tiene… pero ya se lo cuento yo.

Y me miráis como si estuviera loca y me reprocháis mi nerviosismo y no saben los esfuerzos que hago para controlarme y no entrar al cole enfundada en un mono de lycra amarillo a lo “Kill Bill”, catana en mano, y hacer rodar cabezas…

No puedo con su pasividad, no puedo con la pasividad de esa madre que ve como su hijo lanza balonazos al mío que bebe en la fuente, pero ella está tan ocupada hablando con otra madre que decide que no hay tiempo de recriminar a su hijo.

Y sobre todo… no puedo con mi culpabilidad… tengo la sensación de qué haga lo qué haga no paro de cagarla.

Me siento mal por lo que siento cuando veo a tus compañeros, no es odio, o a lo mejor sí, pero no me puedo permitir sentir esto… ¡¡¡Son niños por Diossss!!!

Y yo soy adulta y quizás ellos no tengan la culpa pero yo no soporto que te vuelvan la cara cuando los saludas por la calle ni que te manden a la mierda hasta delante de nosotros…pero me callo porque… ¿qué ejemplo te daría yo si levanto la voz a un niño de 10 años?

Y me vuelvo a sentir culpable… y hasta cómplice de tus acosadores. Una madre incapaz de proteger a su hijo, una leona incapaz de salvar a su cachorro… anti-natura.

No imaginas lo duro que era verte llorar cada día, no sabes como hoy en día me sigue pesando la culpabilidad pero te confieso que me sentía tan perdida y sola como tú.

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El cambio

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Decidí sacarte del cole precipitadamente tras una conversación con tu maestra. Esa misma conversación en la que te tachó de ser antisocial.

Debía haber denunciado, al centro, a la maestra… debí de hacerlo y no lo hice y esa es una carga más que llevo en mi mochila… pero me pesa menos cuando te veo sonreír, cuando veo que no ves el momento de dejar de hablar con tus amigos a la salida, porque vuelven a llamar niños a casa, porque te vuelven a invitar a cumpleaños, porque vuelves a ser un niño y hacer cosas de niños, porque ya puedes ser tú otra vez, porque tú sonríes y yo sonrío y no me importa nada más.

Esta mañana durante el desayuno me confesabas que estabas nervioso porque el año que viene empiezas el instituto… y acabas confesando que tienes miedo de que la historia se repita, miedo de no ser aceptado. ¿¿Sabes?? Yo también tengo miedo, por eso escribo esto, porque llevo mucho tiempo guardándolo y hoy necesitaba sacar las palabras a golpe de tecla.

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Hay una canción del grupo D’Callaos que dice:

(…) Ser luz en tus ojos

ser yo tu mañana

que rompan mi espalda

ser yo tus aceras

partirme los dientes moliendo tus piedras

ser yo tu camino

que nada te hiera que nada empañase

el cristal de tus ojos

juntar los pedazos de tus sueños rotos (…)

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Hijo mío, prometo poner toda la luz que pueda a cada uno de tus días, ¡¡la feria de Sevilla si hace falta!! aguantaré los golpes que nos de la vida hasta romperme la espalda, haré de acera para ti, con el propósito, de que llegues a donde quieras llegar pero… no puedo ser tu camino ni moler tus piedras como tampoco evitar que nada te hiera. Eso te pertenece a ti.

Tu camino, tus piedras, tus heridas pero no olvides que siempre estaré a tu lado porque aunque no deba ni pueda moler tus piedras puedo ayudarte a saltarlas. Tú dame la mano y si es preciso ya juntaremos los pedazos de los sueño rotos, por el momento… dediquémonos a SOÑAR.

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Elisa López

Encuentras a Elisa en su proyecto, Mamá Matrioska, desde el que ofrece servicios de Asesoría en porteo, maternidad y crianza.

¡¡Conócela y síguela en su Fanpage!!

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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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