El masaje infantil está de moda.

Por todas partes leemos y nos dicen las múltiples ventajas del masaje: beneficioso para el desarrollo del bebé, para su salud, les ayuda a conciliar el sueño, mejora nuestra comunicación con el bebé…

La lista es larga.

Y a «todo el mundo le funciona».

.

Así que haces caso a tu amiga/matrona/madre/folleto informativo/llámalox y te preparas: aceite, un video en youtube o unas imágenes en un papel. Bañas a tu bebé, le tumbas en el cambiador, te untas las manos de aceite, empiezas a extenderlo sobre su cuerpo… y tu bebé se pone a llorar como si en vez de con aceite le estuvieras frotando con papel de lija.

Lo intentas varios días seguidos siempre con el mismo resultado y te preguntas, no sin razón, ¿por qué a mi bebé no le gusta el masaje?

.

Así empecé yo mi relación con el masaje. Marcos no lo toleraba ni un poco. Era frustrante. Tan frustrante, que lo dejé.

Hoy, ya como Educadora de Masaje infantil y madre de dos niños que piden con bastante frecuencia que les de un masaje, puedo contarte un secreto:

Eso de que la secuencia ideal para que tu bebé descanse superrequetebién es baño – masaje – cena – cama es como eso de que comen cada 3 horas. Un mito. Puede que a algunos bebés les funcione, como lo de las 3 horas, puede que algunos bebés coman cada tres horas. Pero a la mayoría no. Incluso a los que normalmente les funciona, hay días en que no. La mayoría después del baño de la tarde lo que quieren es comer y dormir.

.

Masaje infantil

.

Así que si quieres que el momento del masaje sea un momento de disfrute lleno de beneficios, quizás deberías plantearte dejar de intentarlo después del baño. Y seguir estos cinco consejos:

.

  • Mi primer consejo es que no tengas esas expectativas tan altas con el masaje. Si lo que buscas con el masaje es que tu bebé duerma “mejor” igual te decepcionas. Disfruta del masaje en sí, ese rato de intimidad con tu peque, de risas y sonrisas, de caricias… Y luego si tu bebé descansa mejor, está más tranquilo o alegre, o come más… pues eso que “os lleváis”.
  • No intentes encajar el rato del masaje en una franja horaria concreta, sino en un estado concreto de tu bebé. Observa cuándo tu bebé está receptivo: puede ser recién levantado de una siesta o recién comido. El bebé está tranquilo, relajado y con ganas de jugar. Activo sin estar nervioso. Ese es un buen momento para dar un masaje.
  • Busca cuál es el momento ideal para tu peque. Obsérvale atentamente ¿cuántas veces al día está tu bebé en ese estado receptivo que te decía? aprovecha alguno de ellos. Y si te parece que el masaje relaja a tu peque y quieres aprovecharlo para que concilie mejor el sueño por las noches, prueba a cambiar el orden, en vez de baño-masaje-cena-cama, pásate al masaje-baño-cena-cama.
  • Olvídate de la imagen del bebé tranquilo recibiendo el masaje casi inmóvil (al menos hasta los 3 años=. Así es como nos gustaría recibirlo a nosotros. Pero nuestros peques no están cansados ni estresados. Al contrario, están descubriendo el mundo: 10 minutos de inactividad es inadmisible!! Adapta el masaje al movimiento de tu bebé, muévete con él… el masaje ha de ser tan dinámico como tu bebé.
  • Y lo más importante, el masaje infantil es un momento de disfrute para ambos. No es algo terapéutico por lo que no tienes que cumplir una serie de pases o un tiempo determinado. Si ves que tu bebé empieza a estar «aburrido» o «incómodo», o que hay pases que no le gustan, no pasa nada, déjalos: acorta el tiempo o elimina pases. Crecerá y cada vez aceptará un masaje más largo. De verdad, lo más importante es

que disfrutéis ambos

.

La importancia de disfrutar del masaje

.

Share

contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo