Empezar a portear en la espalda es uno de los retos mayores a los que nos enfrentamos al portear.

Probablemente este sea el paso que más respeto te inspire: pasar a tu bebé a la espalda por primera vez.

Y es normal que te genere dudas.

Espero poder ayudarte a despejarlas con este post.

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Por qué empezar a portear en la espalda

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Portear a la espalda es, con diferencia, mucho más cómodo para ti. Déjame que te haga una pregunta, cuando te pones una mochila que tiene cierto peso, ¿dónde prefieres llevarla, delante o detrás?.

El cuerpo está más preparado para cargar peso detrás que delante. Además, se libera toda la zona de acción de los brazos y todo tu campo visual, por lo que, además de más cómodo, es más práctico y seguro.

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Cuándo empezar a portear en la espalda

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No hay una edad mínima (ni máxima) para hacerlo. Cuando tú lo necesites y te sientas con ganas de intentarlo.

Realmente, con un bebé pequeño no suele ser necesario, a no ser que te haga falta tener los brazos totalmente operativos (por ejemplo, si tienes gemelos, un hermano mayor aún pequeño, una persona dependiente, etc.).

Siempre recomiendo plantearse portear a la espalda cuando el bebé es tan alto que te estorba en tu campo visual, de modo que pueda resultar peligroso para ti o tu bebé.

Pero también es verdad que porteando a la cadera el campo visual vuelve a estar casi completamente libre, por lo que la medida «exacta» del momento para empezar a portear a la espalda realmente es: cuando tú lo necesites o quieras.

Puedes empezar con un recién nacido o con un niño de 2 años. Aunque tendrás que tener en cuenta sus características particulares.

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Llevar a un recién nacido detrás

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Empezar con un recién nacido

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Empezar a portear con un recién nacido es algo complicado: son muy pequeños y tienen poco tamaño, por lo que son difíciles de manejar (y permíteme la expresión) en tu espalda ya que muchas veces los brazos no te llegan donde deberían para sostenerles mientras les ajustas.

Pero si tienes la necesidad de hacerlo, o simplemente te apetece, puedes. Has de tener más cuidado con las normas de seguridad y, si me aceptas el consejo, contratar a una Asesora de Porteo que te pueda enseñar a hacerlo correctamente las primeras veces.

Los portabebés ideales en este momento son los fulares, ya que te permiten sostener todo el cuerpo del bebé durante el proceso independientemente de lo pequeño que sea.

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Empezar a portear a un bebé que ya sostiene la cabeza con seguridad

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Personalmente, es la época que más me gusta para empezar a portear. Ya tienen cierto tamaño y tono muscular como para que no imponga tanto el pase a la espalda pero aún son bebitos y no se mueven tanto como lo harán más adelante.

Además, tienen un tamaño «cómodo» para manejarlos en la espalda.

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Empezar a portear a un bebé que empieza a gatear o andar

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Creo que esta es la peor edad. Han descubierto que se pueden desplazar de una nueva manera mucho más interesante porque no solo se mueven en el suelo como hasta entonces sino que pueden alcanzar cosas, levantarse, etc.

Así, aguantar el rato que necesitas para ponerle a la espalda las primeras veces es algo que les cuesta mucho. Intentan bajarse para seguir con su trabajo de explorar y puede resultar inseguro especialmente cuando empieces a intentarlo.

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Empezar a portear a un bebé «mayor»

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Sin duda, el momento más sencillo para empezar a portear a tu peque es cuando es tan mayor que le puedes pedir su colaboración.

Que espere un poco, que se abrace a ti, que te rodee con las piernas… Un bebé mayor al que le puedes explicar lo que estás haciendo y lo que vas a tardar es, desde luego, la manera más cómoda de empezar.

Sin embargo, tienes que tener en cuenta que será la manera en que físicamente, te cueste más, ya que el porteo a la espalda implica más la zona abdominal y es más fácil empezar a entrenar dicha zona con un peso pequeño que con el de un niño de 2 años 😉

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Llevar a un mayor a la espalda

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Cómo empezar a portear a la espalda

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Independientemente del portabebés que uses para empezar a portear a la espalda, hay unos puntos a seguir que te facilitarán el proceso:

  • Practica en primer lugar con un muñeco. No necesitas que sea un muñeco de porteo o con forma de bebé, simplemente necesitas un “bulto” para que puedas ir practicando el recorrido del nudo, de modo que cuando empieces con tu bebé no te surja la duda en mitad del “momento” sobre si esa tira va por arriba o por abajo.
  • Elige un momento en que tengas tiempo y tanto tu bebé como tú estéis tranquilos. Es decir, que no estés esperando una llamada importante o le toque a tu bebé comer en los próximos minutos.
  • Recuerda que, mientras el portabebés no esté terminado de poner, eres quien tiene que mantenerle en la espalda, bien sosteniéndole bien con la tensión del portabebés.:
        • Échate ligeramente hacia delante, solo un poco. Así, tu bebé no tendrá la necesidad de separarse de ti para mantenerse erguido. La medida es que puedas mirar hacia delante sin tener que levantar la barbilla.
        • Mantén a tu bebé sentado en tu antebrazo y con la mano sosteniendo el muslo más alejado (posición de seguridad). Así, evitas que la posición ranita se pierda y-o que el fular/bandolera se desencapsule.
        • No dobles tu espalda en este proceso ya que cuando te pongas erguida esa curvatura que tenías desaparece (te enderezas) perdiendo ajuste. Mientras estés inclinada, pues, has de mantener la espalda derecha. Para ello, “saca culo”.
  • Por supuesto, si lo necesitas, utiliza elementos de que aporten más seguridad. Un espejo que te permita ver qué estás haciendo y cómo está tu bebé colocado es una gran ayuda las primeras veces. Y ponte con un sillón o cama detrás.
  • Si le pides ayuda a otra persona (tu pareja, tu madre, una amiga…) explícale que está ahí por si acaso, pero que no toque ni levante al bebé o te coloque el fular. Si hace esto, no estarás practicando tú sola, por lo que a la larga, no habrá resultado una buena ayuda.

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Otras dudas habituales al empezar a portear a la espalda

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¿Cómo voy a estar segura de que mi bebé está bien?

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En primer lugar, yo te invito a prestar atención a las sensaciones de tu cuerpo. Partiendo de una buena posición inicial y una buena tensión en el portabebés, tu bebé estará seguro simplemente con que mantengas la atención necesaria (la que has de mantener siempre que estés con tu bebé, por otro lado).

Verás que el bebé “pesa más” cuando se va relajando y durmiendo, así podrás identificar el momento de sostenerle la cabeza, por ejemplo. Y al revés, cuando empieza a despertarse, notarás cierta activación en su cuerpo.

Aunque en algunas escuelas de porteo, especialmente angloparlantes, recomiendan poner al bebé tan alto que puedas notar su respiración en tu cuello, personalmente creo que esa altura puede resultar excesiva en bebés muy pequeños y que, con un poco de atención, se puede notar el movimiento de su tórax al respirar, por lo que no es necesario subirles tanto.

Lo que sí es verdad es que, al igual que al portear en cualquier otra posición, las vías respiratorias han de estar libres y visibles, pero no es imprescindible que esa visibilidad sea a «vista directa». Puedes ayudarte de escaparates, cristales de coche, espejos de bolso…

Incluso existen espejos retrovisores de porteo: no son de cristal por lo que son muy ligeros y no entrañan riesgos si se rompen, y llevan un cordón para que el uso sea lo más práctico posible.

En cualquier caso, si tú no te sientes segura al respecto y no puedes asistir a una asesoría de porteo que te ayude a despejar tus miedos, no pasa nada, déjalo para más adelante.

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¿Le gustará a mi bebé ir en la espalda?

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Pues va a depender de tu bebé, por supuesto, y de su edad. Hay algunos que les encanta tener el pecho accesible y, mientras no espacien las tomas, no tolerarán ir a la espalda. A otros, tengan la edad que tengan, ir aúpa les encanta independientemente de dónde sea.

Así, el mejor consejo que te puedo dar es que observes a tu peque. Si crees que el porteo a la espalda no es su opción preferida pero tú quieres o necesitas portear detrás, prepárate para un periodo de adaptación.

Como todo lo nuevo, las primeras veces que portees a la espalda le pueden resultar raras a tu peque. Añade que te nota diferente (estás nerviosa o tensa) y eso también le preocupa.

Así, además de las recomendaciones sobre seguridad que te decía más arriba, intenta probar cuando puedas salir a dar un paseo justo después de terminar de ponerle detrás. El movimiento le relajará (y a ti también) y se podrá distraer con lo que vea durante el paseo.

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¿Con qué portabebés es mejor empezar a portear a la espalda?

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Pues, como siempre te digo, no hay un portabebés “mejor” que otro para ninguna situación. Todo depende de tus necesidades, de las de tu bebé y, en definitiva, de lo que mejor os funcione a ambos.

Así, lo ideal sería que empezaras a portear a la espalda con el portabebés que mejor manejes delante.

Tener un buen manejo del portabebés te permite concentrarte en las cosas que estás haciendo por primera vez, como llevar a tu bebé a la espalda o sostenerle allí mientras colocas el portabebés.

Si te planteas empezar a portear directamente a la espalda (por ejemplo, tienes un bebé grande y te vas de excursión a un lugar donde el carrito no es opción), te recomiendo que te lo compres con algo de tiempo para primero hacerte con el porteo delantero y luego empieces a portear a la espalda.

En ese caso, y siempre partiendo de que hablamos de un bebé grande y sin tener en cuenta otras particularidades, la opción que puede resultar más sencilla es la mochila, tanto para manejarla delante como para empezar a portear detrás.

Déjame que te muestre la manera más sencilla de usar una mochila a la espalda.

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Y ya para terminar, recordarte (otra vez) que la persona ideal para ayudarte a empezar a portear a la espalda es tu Asesora de Porteo.

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*Este post se escribió originalmente para el blog de La Escuela de Mamá, hoy cerrado.

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contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

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