Desde el foro de Otra Escuela es posible, Mélani Horcajuelo nos eviaba el resúmen de la conferencia que Francesco Tonucci impartió antes de las Navidades. Le quiero agradecer profundamente el trabajazo de tomar notas y redactar este resúmen de dicha conferencia, a la que ella asistió. También le agradezco de corazón que nos deje publicarla aquí. Las negritas, como siempre, son propias.

Una propuesta política desde la infancia


La conferencia de Francesco Tonucci estuvo plagada de citas de frases de niños, el porqué, se resume en las palabras de un niño de cinco años «Si los adultos no escuchan a los niños se meterán en líos gordos».

Estamos haciendo para nuestros hijos un mundo peor de lo que recibimos, lo que traiciona la filosofía de la familia y de las generaciones, es decir, el sentido de la vida (que nuestros hijos sean mejores o vivan mejor que nosotros) está siendo traicionado. Nosotros, los españoles, como los italianos, somos hijos de inmigrantes que esperaban crear un mundo mejor y estamos derrochando ese patrimonio; estamos viviendo un desastre ambiental que no se sabe si tendrá solución, las ciudades son lugares inhóspitos para todos, estamos en crisis económica, y todo ello es fruto de la sabiduría moderna, de la ciencia que tenemos, lo hemos conseguido racionalmente. Son nuestros mejores economistas los que han producido el desastre económico, nuestros políticos los que han producido el desastre ambiental. La solución no pasa por ellos, hay que recurrir a algo novedoso, creativo, diferente; los niños y los jóvenes tienen mucho que decir, y hay que escucharlos. Maimónides dijo: cuando ya no existen los profetas el arte de la profecía se confía a los niños y a los locos, y hay que escucharlos.

En 1992 un niña canadiense de 12 años llamada Severn Suzuki, que junto con otros niños de su ciudad había fundado la ECO (Environmental Childrens Organization), una organización en defensa del medio ambiente, habló en la conferencia de medio ambiente y desarrollo de la ONU de Río de Janeiro. Tonucci cita varias frases: «Los padres deberían poder confortar a sus hijos diciendo: todo va a salir bien, esto no es el fin del mundo»; «Mi padre siempre me dice: eres lo que haces y no lo que dices. Lo que ustedes hacen me hace llorar por las noches». Aquí un enlace a la intervención completa de Severn Suzuki, merece mucho la pena y todas sus palabras siguen siendo tristemente válidas hoy en día:

Los jóvenes actuales rechazan su entorno y manifiestan síntomas de su malestar; bulling, agresiones, suicidio, obesidad infantil, anorexia… un caso límite es el de los jóvenes japoneses y coreanos que viven literalmente en un mundo virtual, sentados frente a una pantalla de ordenador, sin salir de su habitación ni hablar con nadie, son un millón de muchachos, el 1% de la población y el 20% de los adolescentes varones. Cada vez hay mas niños que no quieren salir a jugar, prefieren quedarse en casa con sus juguetes electrónicos. Hoy en día está muy «de moda» el tema de la hiperactividad y otros trastornos mentales en niños (incluido el exceso de pasividad, que también se da), lo que produce un abuso de psicofármacos. Estos fenómenos están muy conectados con la falta de experiencias libres, de actividad física, pero no en un gimnasio o de forma dirigida por un adulto, no se pueden poner normas, reglas, etc. a esta necesidad de movimiento, hay que dar a los niños la posibilidad de descargar espontánea y libremente esas energías, y esto sólo puede ser si no estamos los padres presentes con nuestra lista de normas y reglas (no pelearse, no ensuciarse, no subirse ahí porque es peligroso, etc.). Hay que buscar una manera responsable de que esto sea posible, y la clave está en crear el ambiente adecuado, las ciudades adecuadas, no en educar a nuestros hijos en el miedo a todo para protegerlos.

Los niños sufren porque no pueden salir de casa porque los adultos tememos muchas cosas que probablemente en su mayoría no existen, las ciudades no son tan inseguras como para que ellos no puedan gestionarlo, pero nosotros nos dejamos vencer por esos miedos y no dejamos que salgan solos, los acompañamos siempre, al parque, al colegio, a casa de los amigos, compramos juguetes para que jueguen en casa… esto no puede ser así, no se puede acompañar a un niño a jugar, el juego debe desarrollarse en un ámbito de libertad, tiene que ver con el placer propio y con el riesgo, el control y la vigilancia son antagónicos. Los niños de hoy en día tienen dificultades para hacerse mayores porque no pueden vivir la experiencia del riesgo, afrontarla, analizarla y resolverla por sí solos. Hay viejos conflictos en la infancia, como el conflicto entre niños y escuela, pero este es nuevo, entre los niños y sus padres; los niños piden autonomía y mas libertad, los padres imponen control y protección. ¿De parte de quien estamos?; estar con los niños no quiere decir estar en contra de los padres, porque cuando se favorece al mas débil, al último, se favorece a todos en realidad. Hay que sustituir la actitud tradicional de proteger a los niños por la de armarlos, darles herramientas para defenderse, y no concederles espacios manejados por adultos sino autogestionados por niños.

La città dei Bambini

Francesco Tonucci ha creado un proyecto llamado La Ciudad de los Niños, para que tengan voz en la política de sus ciudades.

¡Caramba, nos están escuchando!

¿Cómo funciona? Se forma un Consejo de Niños de 8 a 10 años elegidos por sorteo (para que sea una participación representativa y democrática), que hablan y plantean ideas para mejorar su ciudad; la propuesta es pedir ayuda a los niños ya que ellos poseen un punto de vista que los adultos hemos olvidado, y porque la participación es un derecho de todos, también de ellos, y los políticos tienen el deber de escuchar. Las propuestas que salen del consejo se transmiten a alcaldes y políticos.

Trabajar con niños significa esperar de ellos que nos pongan en crisis, que nos incomoden y nos pongan a prueba; cuando los niños son incómodos para el político significa que estamos en el camino correcto.

¿Cómo se gestionan las ideas expresadas en el Consejo de Niños? Los niños desde muy pequeños, como hijos y alumnos, están acostumbrados a decir lo que creen que los adultos quieren que digan. Se considera que aprender es pasar de pensamientos infantiles a pensamientos adultos, y crecer es pasar de actitudes infantiles a actitudes adultas. «Te estás portando como un niño» es una expresión peyorativa. Todo esto se transmite a los niños y ellos lo reflejan en su forma de comunicarse con nosotros, es por ello que escuchar a los niños es un arte sutil, hay que buscar las palabras escondidas, es parecido a lo que hace un analista, se escucha hasta que se oye algo con un significado especial, y aquí se detiene uno para prestar atención a esa idea y profundizar en ella; esto es lo que se hace en el Consejo de Niños. Normalmente estas ideas a las que hay que prestar atención son cosas raras, sorprendentes, distintas, que claramente no han escuchado de un adulto. Los Consejos no funcionan por votación, porque si se vota ganan siempre las propuestas conservadoras, las novedades y los avances vienen de las individualidades (lo compara aquí con el progreso científico, donde los descubrimientos e innovaciones se dan porque alguien es capaz de pensar de forma diferente).

Según la convención de los derechos del niño, los niños tienen derecho a expresar su opinión cada vez que se toman decisiones que les afectan. Siempre que se trabaja con niños hay una preocupación del adulto por transmitirles que tienen derechos pero también deberes. Aquí pone un ejemplo de una escuela donde habían hecho unos carteles con los derechos y los deberes de los niños: la lista de deberes era larguísima, la de derechos muy corta. ¿Dónde está el problema? En que no es verdad, no hay derechos y deberes de los niños, sino que FRENTE A LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS ESTÁN LOS DEBERES DE LOS ADULTOS, porque los niños no tienen instrumentos para reivindicar estos derechos, somos los adultos los que debemos dárselos.

En esta experiencia de escucha han comprobado que los niños piden mas o menos las mismas cosas en todas partes. Cuando se plantean propuestas políticas de la infancia, ellos piden una política muy diferente a la real, porque su objetivo es la felicidad, y no el consenso.

Propuestas de los Consejos de Niños:

1º.- LA SEGURIDAD.

Adhesivo de los comerciantes de Rosario

En Italia hay camiones del ejército por la calle. Frente a la inseguridad se tiende a aumentar la defensa: policía, cámaras en las calles, vigilancia por satélite, pero todos estos métodos son ineficaces y producen miedo. Si hay dos personas que viven en el mismo edificio, una tiene la puerta de su casa blindada, la otra no, ¿quien tiene mas miedo? paradójicamente deducimos que es la persona que tiene la puerta blindada, cuando debería ser al contrario, debería sentirse mas segura, pero esto no es así. ¿Qué proponen los niños? La experiencia de La Città dei Bambini se hizo en Rosario, una ciudad argentina donde el peligro en las calles era muy real, los niños miembros del Consejo habían sufrido en primera persona agresiones y robos a punta de navaja por parte de bandas de adolescentes, y sin embargo estos niños reivindicaban su derecho a salir a la calle. Inicialmente proponían cosas del estilo de «mas policía», «mas cámaras de vigilancia» reproduciendo el discurso adulto, hasta que uno de ellos dijo: «los adultos pueden ayudarnos, pero de lejos»; inmediatamente el resto de los niños se mostraron de acuerdo y empezaron a discutir sobre ello, entendieron que se les estaba proponiendo un camino distinto del normal y que podían expresar lo que realmente pensaban; una niña dijo: «si me llevan siempre de la mano, un día, cuando sea grande, tendrán que dejarme ir sola y entonces tendrá miedo». Otro: «Tienen que enseñarnos también que a veces no hay peligro» (cuántos adultos educan a sus hijos en el miedo a todo…). Otro añadía «son suficientes dos padres tomando mate en cada cuadra»; es decir, no hacía falta que estuvieran allí vigilantes, sino simplemente que estuvieran, haciendo algo ellos mismos, presentes sin mas. La respuesta a estas reflexiones por parte del ayuntamiento de Rosario fue poner bancos en la calle. Tonucci afirma que un espacio ocupado, que se usa, es un espacio seguro; los espacios inseguros son los que están abandonados. Por ejemplo, en una calle peatonal de Milán había muchos problemas de prostitución y droga. Los vecinos se quejaron repetidamente al ayuntamiento sin recibir solución. Al final lo que hicieron fue lo siguiente: dos o tres familias se pusieron de acuerdo, y un poco antes del horario habitual de llegada de prostitutas y drogadictos bajaron a la calle con sillas, para charlar allí sentados, tomando algo, otro día alguien llevó una tarta, llamaron a amigos actores para que fueran allí a leer poemas, empezaron a bajar mas vecinos… y al final conquistaron la calle ocupándola.

La ciudad de Rosario tiene el premio de Naciones Unidas a la ciudad mejor gobernada entre otras cosas por su participación en el proyecto La Città dei Bambini, y los niños que en su día formaron parte del Consejo crearon una emisora de radio que actualmente siguen gestionando ellos mismos.

También se llevó el proyecto a Roma, donde un niño dijo: «yo pido a esta ciudad el permiso para salir de casa». ¿Cómo podemos dar ese permiso? los niños necesitan vivir la experiencia del riesgo para aprender, poner a prueba sus capacidades, sentir el placer de superar obstáculos, así construyen herramientas que luego usarán durante toda su vida. Para los niños el juego es gozar de la realización de un deseo a través del riesgo; si no hay riesgo no hay crecimiento.

Vamos solos a la escuela

Una de las propuestas del proyecto es que los niños a partir de 6 años vayan solos al colegio, sin padres, en grupos de amigos. Los niños producen seguridad, donde hay niños hay menos delitos, porque un niño que va con sus padres es un hecho privado, mientras que un niño que va solo es un hecho público, obliga a todos los adultos que tiene a su alrededor a preocuparse y a prestar una atención especial. Esta experiencia de ir solos al colegio se está desarrollando por ejemplo en la ciudad italiana de Pesaro, donde posteriormente han hecho un estudio y han visto que en un año los niños mayores de 6 años que iban solos al colegio no habían sufrido ningún accidente en el trayecto, mientras que había habido nueve casos entre los niños que iban acompañados de sus padres. En Suecia otro estudio demostró que el momento mas peligroso en el día de un niño era cuando iba al colegio en el coche con sus padres. Un niño que va solo se comporta con mucha mas responsabilidad que cuando va con sus padres; ¿porqué? un niño que es llevado de la mano, advertido y amonestado continuamente sobre las cosas que debe y no debe hacer, que es tratado en definitiva como alguien incapaz de ocuparse de su propia seguridad, acaba comportándose como tal, porque es el lugar donde le colocan los adultos que están con él. Sin embargo el mismo niño, yendo solo, siendo responsable de sí mismo y de sus compañeros, prestará atención y estará motivado para velar por su seguridad.

2º.- UN ESPACIO ADECUADO.

Esta es una lista de frases dichas por niños al respecto:

– «Debe ser un espacio compartido, no sólo para niños»
– «Señor alcalde, lo que queremos no son toboganes ni columpios; queremos la cuidad»
– «No hace falta policía»
– «No debe tener rejas»
– «No deberían estar los padres»
– «Los lugares para niños nunca tienen sitios para esconderse»
– «Los lugares para niños siempre tienen los mismos juegos»
– «Deberían tener matorrales para poder besarnos a escondidas»
– «No deberían ser demasiado seguros»

Los niños necesitan espacios verdaderos, no especiales para ellos; las escaleras de casa, el patio, la plaza, el jardín, así como son, sin adaptar, que sean espacios vividos en distintos momentos del día y aprovechados por todos. Las propuestas de los niños son muy similares a las propuestas de ciudades sostenibles de los científicos y están muy alejadas de las de los políticos.

En el reglamento de la policía urbana de Roma había un punto que decía «En los lugares públicos está prohibido jugar». Los niños del Consejo leyeron esto, lo confrontaron con la convención de los derechos del niño («Los niños tienen derecho a jugar») y escribieron una carta al alcalde. Gracias a esto el reglamento fue modificado y ahora dice que «El ayuntamiento de Roma favorecerá el juego de los niños en los lugares públicos».

Encuentro con el alcalde de Roma, Walter Veltroni

3º.- UNA POLÍTICA ECONÓMICA DIFERENTE

Un economista, James Heckman (premio Nóbel de economía del año 2000) realizó el siguiente estudio; escogió un grupo de niños de 3 años de barrios marginales de EEUU. Seleccionó dentro de estos niños a los que tenían un coeficiente de inteligencia menor a la media. Se les escolarizó durante 3 años en escuelas infantiles de alto nivel. Después esperaron a que tuvieran 20 años y estudiaron los efectos: estos niños habían tenido un recorrido escolar y profesional mucho mejor que el de sus coetáneos que no participaron en el estudio, tuvieron un índice de criminalidad un 70% menor. Se calculó que cada dólar invertido en ellos había rentado 7 dólares al estado. Invertir en una buena educación tiene una altísima rentabilidad.

Tonucci propone 3 sectores para invertir el dinero en la infancia:

La lactancia materna, de gran importancia a muchos niveles, por el vínculo madre-hijo que se establece, por los beneficios no sólo para la salud física del niño sino también para la emocional… propone invertir en aumentar la baja maternal para que las madres puedan amamantar a sus bebés el mayor tiempo posible.

– Garantizar un juego libre a todos los niños.

Escuelas de calidad y al alcance de todos.

Todas las imágenes han sido extraídas de la sección «imágenes y materiales» de la página de La Ciudad de los Niños (http://www.lacittadeibambini.org/spagnolo/interna.htm)

Share

contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo

contacto

Elena López

Asesora,

consultora y

formadora de Porteo